domingo, 24 de noviembre de 2013

Mi viaje a Japón : el parque nacional de Nikko

Fue en Japón en abril de 2013 con mi hermana y mi prima. Nos quedamos dos semanas (es un mínimo para este viaje). La primera semana fuimos en Tokio en un pequeño apartamento con otros viajes. Mi hermana, la que había leído el más de libros sobre el país antes de nuestra partida, nos había hablado de Nikko como un sitio ineludible para su parque nacional del que templos y santuarios fueron inscritos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Esta excursión a Nikko también nos ha permitido tomar el aire después de una semana en una de las ciudades más grandes del mundo. De hecho, cuando se habla de Tokio, se dice a menudo que es un "hormiguero humano', ¡pero es peor que eso! Tokio, a pesar de sus algunos parques, es sobre todo un montón de gente en cualquier sitio en cualquier momento, una arquitectura extraña y poco estética, un concentrado de tecnología y de modernización, resumiendo : una ciudad en la que pronto se sentirá ahogarse. Después de una semana en el torbellino de personas y de tecnología, decidimos tomar el tren durante e ir todo el día ver otra imagen de Japón : la naturaleza, los templos y el lado más tradicional. ¡Así que fuimos a Nikko! Después de unas horas en tren (que es más como un de nuestros metros), rodeadas de occidentales, llegamos a Nikko. Es une pequeña ciudad a los pies de las montañas que vive principalmente del turismo debido a su parque nacional : el parque Toshogu. (Todas las imágenes fueron tomadas por mi hermana o yo). 


Nikko

No es un parque en el sentido de lugar cerrado, con una entrada y una salida. Es más bien un camino en el bosque que nos lleva por diferentes emplazamientos que comprende cada uno templos. 


La primera cosa que se ve antes de entrar en el parque Toshogu, por un camino que sube entre miles de cedros, es el puente Shinkyo. Esto marca la entrada de la ciudad de Nikko a los principales santuarios y centros históricos. Se llama "el puente sacro" o "puente de serpientes", de acuerdo de una leyenda que dice que el ermitaño Shodo Shonin (que construyó el primer templo de Nikko) ha atravezado el río Daiya-Gawa en este lugar a lomos de dos serpientes. La travesía del puente sólo estaba reservado a los shogunes (emperadores, dirigentes) hasta 1973 cuando fue abierto al público, pero desde 2006 la travesía esta lamentablemente prohibida. 

El puente Shinkyo


El primer emplazamiento es el Rinno-ji que incluye quince templos budistas (sólo algunos son de acceso público). Allí compramos un "pass" por los diferentes templos de los cincos principales emplazamientos del parque que cuesta ¥ 1000 (7,28 euros). El edificio principal, el Sanbutsudo, construido en el siglo 17, es el templo más grande de Nikko. Contiene tres efigies de oro de Buda. Desgraciadamente para nosotras, este templo esta en obras hasta 2021. Hay una cubierta en el exterior. Hemos sido capaces de entrar, pero era como un camino a través de una obra, y había solamente una estatua. 



Luego llegamos al emplazamiento del Toshogu. Contiene el santuario dedicado al shogun Ieyasu Takugawa, lo que explica la belleza y la riqueza de los edificios. Se accede a este santuario por el Sennin Ishidan, una escalera llamada "escalera de piedra de 1000 hombres". Una vez pasado el torii de piedra (puerta que marca la entrada de Toshogu), se encuentra a nuestra izquierda la pagoda de cinco pisos de 36 metros de altura. Cada nivel representa un elemento : tierra, agua, fuego, viento y cielo. 

Torii de piedra
Pagoda de cinco pisos

Después de otra serie de escaleras, llegamos a la caballeriza sacra. Aloja un caballo blanco que ofrece Nueva Zelanda y que representa el caballo del shogun. Por encima de la puerta de la caballeriza son esculpidos los tres monos de la sensatez : "no ver el mal, no escuchar el mal y no decir el mal". Un poco más lejos, se irgue el Honji-do en el que el grabado de un dragón llorón decora el techo.  Un monje golpea el techo con un bloque especial y el su producto es identico a lors llantos del dragón (personalmente, no he oído nada). 


Cruzamos el Yomeimon, el "portal de la Luz del Sol", que es sostiene por doce columnas y adornado con más de 400 esculturas. A la derecha está la tumba de Ieyasu y la famosa escultura de un gato dormido (Nemuri-Neko), pero no los vimos porque el precio de la entrada no estaba incluido en nuestro "pass". 

El Yomeimon

El Yomeimon

La puerta de Kara-mon da acceso al santuario Hon-den. Obviamente, hay que quitarse los zapatos antes de entrar en el santuario. Nos sentamos en tatami cerca de un grupo de japoneses llegaron a rezar a sus dioses, nosotros escuchamos y miramos a nuestro alrededor, en silencio.

La puerta de Kara-mon
Hon-den


Después de Toshogu, nos dirigimos al emplazado Futarasan. De nuevo, un torii marca la entrada del lugar y recorda que este es un sitio sacro. El santuario es el edificio más antiguo del parque. Está dedicado a los espíritus de las tres montañas sacras de Nikko : monte Nantai, monte Nyoho y monte Taro. En la entrada de cada santuario, se puede caer una moneda en una caja y tomar a cambio de un amuleto o un "omikuji" (un pequeño papel que predice el futuro). Decidimos que nos preste al juego y hemos trazado un omikuji en una caja colocada delante este templo. Sin saber leer nuestro presagio, pedimos dos jóvenes japoneses nos imitar si la predicción era positiva o no. Eso les habían divertido mucho y nos pidieron tomar una foto con ellas. Los japoneses son en general bastante sorprendido por occidentales, varias veces en nuestra estancia nos pidieron tomar fotos con ellos, pero los japoneses son demasiado educados y tímidos con extranjeros : la mayoría de la veces ni siquiera se atreven hablar con nosotras. 






He aqui un resumen del parque nacional de Nikko. Está claro que contiene mucho más templos y edificios, además no hemos sido capaces de ver todo en un día. Espero que han disfrutado de ahondar un poco en el mundo tradicional japonés. De acuerdo con un viejo refrán japonés, ¡nunca se debe decir "kekko"(maravilloso) antes de ver Nikko! Por mi parte, espero tener la oportunidad de volver algún día en Kyoto, donde la ciudad y los templos son increíbles. 


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