domingo, 3 de noviembre de 2013

El gato con botas

Murió un molinero que tenía tres hijos. Les dejó solamente un molino, un borriquillo y un gato. El mayor hubo el molino, el mediano hubo el borriquillo, y el pequeño fue muy triste cuando recibió el gato: “Mis hermanos, decía, podrán ganarse bien la vida si trabajan juntos; pero yo, cuando habré comido el gato y habré hecho un manguito con su piel, me moriré de hambre”. El gato escuchaba su discurso y le dijo: “No te aflige, mi amo. Dame un saco, cómprame un par de botas  y verás que no estás tan pobre que crees”. El chico había visto el gato que saltaba con suavidad para agarrar ratas y ratones; decidió comprar los objetos. Se puso las botas, se colgó el saco al cuello, y se fue a une soto donde había muchos conejos. Puso unas hierbas en el saco, fingió estar muerto y esperó que algún conejo entre en el saco para comer. Es lo que llegó: un conejo joven entró, el gato tiró de los cordones y le mató.
Orgulloso de su presa, fue al palacio del rey y pidió hablar con él. Subió a la cámara real, hizo una reverencia al rey y le dijo: “Aquí tiene un conejo que mi amo, el marqués de Carabas, cazó para usted.” “Di a tu amo que le doy las gracias y que me complace” respondió el rey.
Una otra vez, hizo lo mismo ocultándose en un campo de trigo y atrapa dos perdices. Les presentó al rey (como había hecho con el conejo) que fue feliz de este regalo. El gato continuó trayendo unas cazas al rey durante dos o tres meses.
                Un día, el gato supo que el rey debía pasear a lo largo del río con su hija, la princesa la más hermosa del mundo. El gato le dijo: “Si sigues mi consejo, vas a estar rico. Va a bañarte en el río y déjame hacer el resto”. El marqués de Carabas lo hizo sin saber con qué objetivo. Cuando el rey pasó cerca del río, el gato se puso a gritar con fuerza: “¡Socorro!, ¡Socorro!, el marqués de Carabas se está ahogando.”  El rey reconoció el gato y pidió de salvar al niño. La hija real se enamoró del marqués que es un hombre hermoso.
                El gato pidió a la gente de decir que todas las tierras del reino y el castillo pertenecían al marqués de Carabas. De este modo, el monarca pensó que el hombre estaba muy rico. Pero el castillo pertenecía a un ogro. El gato fue a la alcazaba para hablar con el ogro. Le dijo: “la gente ha dicho que puedes transformarte en varios animales. Pero me parece imposible.” “¿Imposible?, respondió el ogro, ¡Vamos a ver!”. Se transformó en un león y después, el gato dijo “Estoy impresionado, pero estoy seguro que no puedes transformarte en pequeños animales como ratones”. El ogro se transformó y el gato le comió. El rey vino para visitar el castillo y dijo al marqués que si querría, podría casarse con su hija. Se casaron lo mismo día y vivieron feliz.

1 comentario:

  1. ¡Qué lindo! Me gustan mucho los gatitos, y ahora con este cuento, ¡me gustan más!
    ¡No conocía este cuento mas ahora es uno de mi favorito!

    ResponderEliminar