Hoy en el día después de
Halloween, voy a contar una historia que hiela la sangre: la historia de
Enriqueta Martí i Ripollçes, tristemente conocida por todos bajo el nombre de "vampiresa
de Barcelona". Era una asesina en serie de la región de Barcelona, una
secuestradora y proxeneta de niños nacida en el año 1868.
Cuando era joven, se mudó de su ciudad natal para establecerse en Barcelona. Allí empezó a trabajar primero como nodriza en casas burguesas, pero acabó volviéndose hacia el lado oscuro de la ciudad, en la cual frecuentaba los barrios de mala fama de la prostitución catalana. En efecto, la mujer joven entendió rápidamente que podría ganar más dinero usando sus encantos. Con un cierto carácter ambicioso, Enriqueta abrió su propio burdel y empezó a vender el cuerpo de niños a los hombres más afortunados y pervertidos de la ciudad.
A la edad de 27 años, se casó con el pintor Joan Pujaló pero el matrimonio fracasó rápidamente porque la dama muy extraña siguió frecuentando los burdeles, y esa costumbre hacía sentir verdaderamente inseguro y desconfiado a su marido. En realidad, Enriqueta llevaba una doble vida: mendiga durante el día, acompañada por niños pobres que hacía pasar por hijos suyos, y lujosa proxeneta infantil por la tarde, en lugares frecuentados por la clase acomodada catalana. La mujer sanguinaria, bajo sombreros provocativos, proveída de las cofias mas bellas y de vestidos de su época, era realmente una asesina, sin duda considerada hoy como la más mortífera de España.
De hecho se ganó ese título por
utilizar la sangre, los huesos, las grasas y los cabellos de sus pequeñas
víctimas para elaborar cremas y elixires, tipos de pociones que algunos de sus
clientes consideraban como mágicos. Abastecía así algunas damas de la alta
sociedad. Según ciertas fuentes, la sangre de los niños fue considerada
propicia a una vida larga. En la esa época, los numerosos niños desaparecían, y
estas desapariciones iban creando un sentimiento de miedo en los habitantes de
Barcelona. En su piso situado en el barrio del Raval, carrer De Ponent número 29, actualmente calle conocida como carrer Joaquín Costa, fueron encontrados
los huesos de una docena de niños. Cuando era 43 años, fue parada por la
policía, fue encarcelada y condenada
a muerte. Una vecina a través de su
ventana, reconoció a la ultima niña raptada y tras la tremenda sorpresa, llamó
a la policía.
Algunas reclusas que compartieron celda con ella, le dieron una paliza y murió
de sequitos de sus heridas.
Se sospecha que Enriqueta raptó y mató a
un número mucho más grande de niños en este barrio donde reinaba la miseria, que
las pruebas lo indicaron. Se puede evidentemente garantizar la veracidad de
todos los hechos citados, ya que soló se han hecho investigaciones que conciernen
a artículos ya aparecidos sobre este suceso. Por su crueldad, inspiró a
numerosos novelistas y realizadores de documentales, por eso que si eres aquel tipo de personas a quienes les gusta leer historias
tan macabras como esta, puedes leer y obtener más información fácilmente…
Las imágenes
provienen de google.
El hecho que Enriqueta utilizó la sangre, los huesos y los cabellos de sus víctimas para elaborar cremas me recuerda una novela alemana muy conocida titulada "Das Parfum" de Patrick Süskind en la que el protagonista, Jean-Baptiste Grenouille, crea parfumes extraordinarios conservando el olor corporal de sus jóvenes víctimas.
ResponderEliminarAl leer esta entrada sobre la vampiresa, pensé también a la novela alemana "Das Parfum" que había leído hace unos años.
EliminarEs la primera vez que oigo hablar de Enriqueta, ¡y me da escalofríos!
¡Híjole! Lo del sangre que la mantenía joven me hizo pensar en la leyenda de Elizabeth Báthory, que solía bañarse en el sangre de joven vírgenes, para quedarse joven. ¡Qué raro, no!
ResponderEliminarMe hizo pensar también en Báthory, la condesa ensangrentada... Me gustan este tipo de anécdotas macabras, pero no conocía la historia de Enriqueta antes de que la contes. ¡Gracias!
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